domingo, 14 de febrero de 2021

SUELOS


El suelo se puede definir como la capa superficial, natural, formada por materiales más o menos disgregados, que contiene en su seno materia viva y que mantiene o es capaz de mantener una cubierta vegetal. El límite superior es el aire o el agua en el caso de zonas cubiertas por aguas poco profundas. El límite inferior puede ser la roca viva o bien aquellas capas de sedimentos que carecen de raíces vivas o de otros signos que indiquen actividad biológica.
1.- COMPONENTES DE UN SUELO
Parte inorgánica: se forma por la alteración de las rocas estando constituída por: - Materiales detríticos: cantos, gravas, arenas, arcillas. - Partículas coloidales. - Oxidos e hidróxidos de hierro. - Aniones: bicarbonato, sulfato, cloruro, nitrato. - Cationes: Na, K, Ca, Mg, Fe. - Agua. - Gases: los que forman el aire aunque con mayor proporción de anhídrido carbónico y menor de oxígeno y nitrógeno.
Parte orgánica :
1) Seres vivos: estarían representados por las raíces de las plantas, animales (protozoos, gusanos, insectos, arácnidos) y la microflora (hongos y bacterias).
2) Parte orgánica muerta: Diferenciamos:
MOR por una parte la hojarasca y otros restos orgánicos que se hallan poco transformados pudiéndose identificar su naturaleza.
HUMUSPor otra parte distinguimos el humus o parte orgánica del suelo tan transformada que no puede conocerse cual es el origen. El humus se forma a partir de moléculas que son difíciles de transformar, principalmento lignina y celulosa, estando constituída por moléculas con numerosas estructuras cíclicas. Dentro del humus distinguimos: - el "moder" que es la parte orgánica separable de la mineral, formada por grumos en los que se reconoce algo de la materia original. - el "mull" que es el humus amorfo y está unido fuertemente a la arcilla. El humus aumenta la porosidad del suelo y permite la circulación del aire y del agua, además de retener sales minerales y de proporcionarlas cuando es descompuesto completamente.
2.TEXTURA DE UN SUELO ESTRUCTURA DE UN SUELO 
La textura de un suelo hace referencia a la proporción relativa en la que se encuentran los principales materiales detríticos del suelo: arenas, limos y arcillas. Si no domina ninguno de estos componentes se dice que el suelo está equilibrado, ya que de dicha proporción dependen la permeabilidad y la porosidad. Los suelos con mucha arena son muy permeables pero no retienen agua y por contra los suelos con mucha arcilla son impermeables, dificultando el paso del agua a su través.
La estructura de un suelo permite diferenciar varias capas desde la superficie hasta la zona más profunda, denominadas horizontes.
Horizonte A: Es la capa más superficial. Es rica en materia orgánica. Se diferencia en ella la capa Ao que es la capa de hojarasca o de acumulación de materia orgánica. Posteriormente esta se transforma en humus. Es una capa pobre en sales minerales debido a que las sales que se forman a partir del humus son transportadas a capas más profundas por el agua que se inflitra. Es una capa de color oscuro por la materia orgánica que contiene, pudiendo tener un grosor de hasta 60 cm.
Horizonte B: Es una capa pobre en humus y rica en sales minerales. Hasta esta capa llegan las raíces de los vegetales, el O2 y el CO2 atmosféricos. Es de color claro y rica en óxidos e hidróxidos de hierro. En los climas secos, el carbonato cálcico arrastrado por las aguas de infiltración precipita dando lugar a la formación de costrones o concreciones calcáreas distribuidos en niveles definidos. Tiene un grosor de hasta 1 m.
Horizonte C: Es el más profundo y constituye el tránsito entre el suelo y la roca madre. Está formado por cantos sueltos en una matriz de arcilla y arena. Estos cantos van siendo de mayor tamaño a medida que nos acercamos a la roca madre. Su grosor varía de unos metros hasta más de 30 m, siendo más desarrollado en los climas cálidos y húmedos.
3.FACTORES GENERADORES DE UN SUELO
El clima Es el factor que más influye en la formación de un suelo. En concreto los factores climáticos más importantes son la temperatura y la pluviosidad. A mayores temperaturas la velocidad de las reacciones química aumentan y por lo tanto aumentan la meteorización química y la actividad biológica, siempre que haya humedad suficiente. La pluviosidad determina el grado de lavado del suelo. Si la pluviosidad es elevada se produce un lavado intenso de las sales minerales y los coloides, con la consiguiente pérdida de fertilidad.
El tiempo Los suelos maduros precisan de un tiempo para formarse, que varía de unas regiones a otras. En general se considera que son necesarios unos 8.000 a 10.000 años, aunque se concen casos de suelos maduros formados en regiones arenosas y húmedas en un periodo de 200 años.
La topografía La pendiente no favorece la formación de suelos ya que los materiales disgregados son transportados a otras zonas. Además la penetración del agua es menor y por lo tanto existe menor meteorización. En las zonas llanas los suelos son más profundos.
Composición de la roca madre  La roca madre ejerce poca influencia, siendo más importante la influencia climática, ya que favorece la meteorización y la formación de minerales diferentes, según el clima. Los suelos que se forman a partir de la propia roca madre subyacente se denominan suelos autóctonos y los que los hacen a partir de materiales transportados de otras zonas suelos alóctonos.
Factores biológicos Las plantas son los seres vivos que más influyen ya que son las que absorben las sales minerales a la vez que son la fuente de dichas sales, como consecuencia de la degradación de sus restos. Las plantas ejercen así mismo un importante papel de preservación del suelo de la erosión. La microflora es la responsable de la degradación de la materia orgánica y de reponer las sales perdidas, por la absorción de las plantas, a partir de los restos de seres vivos. La intensidad de su actividad depende de los climas, ocasionando efectos diferentes. Los animales son los menos importante quedándose circunscrita su acción a remover el suelo, facilitando su aireación y a triturar los restos orgánicos facilitando su degradación al aumentar su superficie de ataque por trituración en pequeñas partículas. Un papel a parte le corresponde al hombre, cuyas acciones pueden incrementar la erosión y por lo tanto la pérdida de suelo, a través de la destrucción de la vegetación, incendios forestales, técnicas agrícolas no adecuadas, sobreexplotación del suelo, etc.
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4.EVOLUCION DE UN SUELO
El tiempo necesario para la formación de un suelo varía de unos climas a otros. Así en los climas cálidos y húmedos los distintos horizontes pueden llegar a desarrollarse en unas pocas decenas de años mientras en los climas áridos o frío ser necesarios varios miles de años. La evolución de un suelo puede ser entendida como una progresión para alcanzar el equilibrio físico-químico con el medio. En este proceso de adaptación podemos distinguir varias etapas en la vida de un suelo:
1)Material de origen; 2)inmaduro; 3)maduro; 4)viejo
5.TIPOS PRINCIPALES DE SUELOS
Dependen de los distintos tipos de climas, si bien existen algunos casos que son más independientes del clima. Para el primer caso se habla de suelos zonales y en el segundo de suelos azonales. Los distintos tipos de suelos zonales dependen de los diferentes grados de lixiviación de los iones, principalmente Al, Fe, Ca, Mg, Na y K, cuyo movimiento determina la formación de los horizontes. De estos iones el aluminio y el hierro sólo son movilizados en ciertas condiciones particulares y normalmente se combinan con los ácidos húmicos, dando lugar a los humatos, los cuales son transportados en disolución hasta los niveles más bajos.

SUELOS ZONALES
1. Suelos de las zonas polares Se hallan en las latitudes altas. Se caracterizan por tener poca materia orgánica y existir poca meteorización química. La mayor parte del suelo se encuentra permanentemente helada (pergelisuelo o permafrost) y sólo la parte superficial llega a deshelarse durante el verano (mollisuelo). En esta zona, los hielos y deshielos provocan desplazamiento de las partículas produciéndose mezclas de los materiales que se hallan a distintas profundidades. Estos movimientos y la existencia del permafrost a partir de unos 2 ó 3 metros de profundidad impiden la formación de los distintos horizontes.
2. Suelos de las zonas templadas Estos suelos son muy dependientes del clima. Distinguimos los podsoles, los suelos pardos y los suelos rojos.
- Los podsoles. Son los suelos más comunes de las área frías con influencia marítima en donde se producen abundantes precipitaciones. La vegetación típica es la taiga, caracterizada por plantas acidófilas como las coníferas y el brezo, que hacen que las aguas de infiltración sean ligeramente ácidas. Esto junto con la pluviosidad abundante provoca un lavado intenso llevando las sales minerales hasta las capas freáticas donde se pierden. El Fe y el Al se combinan con lo ácidos húmicos. Estos son lavados en forma de humatos hasta que a una cierta profundidad la acción bacteriana provoca su precipitación. En estos suelos se diferencian los tres horizontes. El horizonte A es de color claro, muy pobre en los elementos necesarios para los cultivos; el horizonte B es rico en materia orgánica, hierro y aluminio y por lo tanto de color oscuro. Son suelos pobres para la agricultura.
- Los suelos pardos. Son los suelos de las zonas continentales, con estaciones bien marcadas, alternando períodos secos con períodos húmedos. Sobre ellos se desarrolla una vegetación de árboles de hoja caduca, por lo que son ricos en humus. Durante el invierno se da una lixiviación no muy intensa y durante las sequías se produce un ascenso de la humedad y de las sales minerales por capilaridad. Esto hace que los horizontes A y B no estén bien diferenciados. Son suelos fértiles.
- Los suelos rojos. Son típicos de las zonas secas y cálidas como las zonas mediterráneas. Sobre ellos se desarrolla una vegetación de arbustos y encinas. Su comportamiento es similar al de los suelos pardos aunque con menor cantidad de humus. También hay dificultad en diferencias los horizontes A y B.
- El chernozem. Es el suelo característico de las zonas de praderas y pastizales que ocupan grandes extensiones en Rusia, Estados Unidos y Argentina. Debido a la escasez de lluvias hace que el lavado sea escaso por lo que no tienen horizonte B. Tienen un nivel A bastante grueso y rico en materia orgánica por lo que es de color oscuro. Es un suelo muy fértil y bueno para la agricultura de cereales.
 
 
3. Suelos de las zonas áridas Se caracterizan por ser zonas de poca pluviosidad. No existen suelos bien desarrollados debido a la poca actividad biológica. En ellos se produce el ascenso por capilaridad de las aguas freáticas que al evaporarse en la superficie provocan la precipitación de sales. Se forman así costras salinas de yeso y sal, de yeso y caliza o de caliche, que consiste en una mezcla de caliza con cantidades variables de limos, arcillas y arenas. Las costras de caliche son muy duras cuando están constituídas casi exclusivamente por caliza. El horizonte B se halla por encima del horizonte A.
4. Suelos de la zona ecuatorial Se dan en zonas con temperatura elevada y abundantes lluvias y vegetación. Se forman suelos muy potentes en los que el horizonte A es muy delgado. El pH del medio es neutro o ligeramente básico, por lo que el aluminio y el hierro son prácticamente insolubles mientras que la sílice si lo es. El hierro y el aluminio se acumulan en superficie formando óxidos e hidróxidos y dando lugar a una costra de gran dureza denominada laterita. Cuando las lateritas son ricas en aluminio se denominan bauxitas.

SUELOS AZONALES
Son aquellos suelos inmaduros, poco desarrollados todavía.
1. Los suelos hidromorfos. También llamados gley, se caracterizan por permanecer encharcados y saturados en agua la mayor parte del año. No se producen procesos de lavado ni capilaridad y no hay un contacto con el aire, por lo que el Fe no puede oxidarse y se acumula es estado ferroso dando al agua una coloración verdosa. La materia orgánica se acumula en superficie y si la vegetación es abundante llegan a formarse las turberas.
2. Los litosuelos Son los suelos escasamente desarrollados y en los que el clima todavía no ha tenido tiempo de incidir en su evolución, de modo que la composición de los mismo está condicionada por la de la roca madre. a rendzina. Son ejemplos de litosuelos la rendzina, que se forma sobre calizas y los rankers, que se desarrollan sobre rocas ácidas (granitos, gneises, esquistos, etc). Son suelos que carecen de una diferenciación en horizont

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